09/06/2018
DE RIVILLA DE BARAJAS A MANCERA DE ABAJO.
LOS INICIOS DE LOS FRAILES CARMELITAS DESCALZOS
DURUELO... MANCERA.
Hoy recorreremos un camino cuyo significado adquiere especial relevancia para Santa Teresa.
Cuando Santa Teresa de Jesús salió de Ávila para la Fundación de Medina del Campo, ya había oído palabras misteriosas y divinas por las que el Señor le daba a entender que no sólo quería que fundase casas de monjas, sino que emprendiese la obra mucho más difícil de la Reforma de los Padres (Si tu le dejas, cap. 19).
Se trata de los principios del Carmelo Descalzo masculino, de la “Primera Regla”.
Santa Teresa conoce a fray Antonio de Heredia y fray Juan de Santo Matía (S. Juan de la Cruz) para comenzar su reforma en la versión masculina, tal y como le había dado a entender el Señor.
«En el año del Señor de 1568, en 28 días del mes de noviembre, se fundó en el lugar de Duruelo este monasterio de Nuestra Señora del Monte Carmelo».
Cuenta la Santa que “venían allí a confesar algunos caballeros que estaban en aquellos lugares, adonde les ofrecían ya mejores casas y sitios” (F.c. 14,9). Uno de ellos es D. Luís Álvarez de Toledo, Señor de Mancera y de las Cinco Villas.
Las crónicas de la Orden añaden que el 11 de junio de 1570 los religiosos de Duruelo se trasladaron a Mancera. San Juan de la Cruz y sus novicios recorrieron a pie y descalzos la distancia que separa Duruelo de Mancera.
La promesa que Juan de la Cruz hace a Teresa de Jesús de no tardar mucho en tener monasterio, se hace realidad inicialmente en un viejo establo de Duruelo y posteriormente en el monasterio que les construye D. Luís Álvarez de Toledo en Mancera.
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