Mijares se encuentra situado en el Valle del Tiétar, en la vertiente del Macizo Oriental de Gredos, en la ladera de la sierra.

Dista 67 km de Ávila, 68 km de Talavera y 120 km de Madrid.

Llegar a Mijares desde cualquiera de las carreteras que circulan por esta localidad del Valle del Tietar supone escalar hasta una abrupta zona plagada de vegetación, donde las viviendas aparecen que sobresalieran entre la inmensa arboleda.

Está flanqueada por los picos de la Centenera, el Cabezo y el Puerto de Mijares (de 1ª Categoría) a 1570 metros de altitud.

Por Mijares pasa la carretera que atraviesa la sierra por el llamado puerto de Mijares y pone en comunicación el Valle del Tiétar con el valle medio del Alberche.

Mijares es un pueblo típico dotado de callejuelas empinadas y estrechas.

En el corazón del pueblo pueden verse algunas balconadas de madera, siendo las construcciones antiguas realizadas en piedra granítica, construidas estas de un mismo modelo: planta baja, medio y sobrao.

Cuenta Mijares con infinidad de fuentes o “chorros” de agua, distribuidas en el casco urbano y sus aledaños. Hubo en su día varios molinos aunque en estos momentos están muy deteriorados.

No se puede olvidar que tenemos una “Era” que no está demasiado arruinada. Por ser Mijares un lugar donde abunda la piedra, contamos con unas grandes “lanchas”, y en algunas viviendas particulares cuentan todavía con “cuevas” excavadas en la piedra.

Historia

Es muy probable que el origen de Mijares debamos indagarlo en aquella funcionalidad que los caballeros abulenses otorgan a los accidentes geográficos ubicados en las inmediaciones de la Sierra de Gredos o una vez superados sus diferentes puertos, con la intención de ofrecer un cobijo a los procedentes de otras tierras con la labor inestimable de prestar apoyo y servicios, principalmente de acogida y avituallamiento de transeúntes y recuas.

La elección final del nombre del lugar pudiera tener relación con una más que reseñable abundancia de campos o plantaciones de “mijo” (planta de la familia de las gramíneas que se cultiva para forraje y reducida a harina sirve para alimentar tanto al hombre como al ganado).

Esta teoría se acentúa a la toponomástica medieval castellana al considerarlo relacionado con los miliarios o piedras “miliares” del camino que ascendía por el puerto.

Los campos de “mijares”, convenientemente cultivados y recolectados, proporcionarían un mas que necesario sustento a personas y ganados a la hora de acometer el ascenso del gravoso Puerto.

La referencia histórica más antigua la encontramos en el Libro de las Monterías escrito por Alfonso XI entre los años 1342 y 1350. Pero, sin lugar a dudas, el dato histórico más importante es el Título de Villa. El Rey Carlos II, el 14 de octubre de 1679, concedió a la Villa jurisdicción civil y criminal, alta y baja en primera instancia, con término propio.

La fecha de octubre de 1679 fue crucial para el posterior devenir del Estado de Mombeltrán, aunque en su mayor medida para su villa principal que comenzó a perder parte de su hegemonía. En esta fecha se produce la cesión de varias cartas de villazgo a aldeas del Estado de Mombeltrán, concretamente a Lanzahíta, Mijares y Pedro Bernardo, las cuales peculiarmente las más alejadas de la villa de Mombeltrán.

La Carta de Villazgo establece que en lo sucesivo la nueva entidad villana debería nombrar sus propios alcaldes anualmente, el día de San Miguel, a fin de que conociesen de todos aquellos pleitos civiles y criminales que se plantearen a lo largo de los nuevos términos que oportunamente se delimitan.

La naciente Villa se desvincula de la jurisdicción de Mombeltran, teniendo que pagar a las arcas reales unos 665.000 reales que contabilizan 7.000 por los 95 vecinos que se censó entonces. El monarca fué uno de los principales beneficiarios de este proceso. Este hecho endeudó a la naciente Villa.

En 1779 hubo que sacar en rogativas al Cristo de la Misericordia: “El día 3 de mayo por fuerza de gran sequedad durante 9 días, al 6º día llovió copiosamente y se fertilizó el campo”.

Sabemos que a finales del siglo XVIII existían en Mijares cinco telares de paño y otros cinco de lienzos ordinarios y estopas.

En 1888 se inicia el proyecto del ferrocarril del Tietar. Los trabajos se iniciaron llegando hasta los desmontes de Casavieja, a principios de la decada de los 30. Con la guerra civil, los trabajos de construcción se paralizaron, siendo cancelados después.

En 1929 comienza la construcción de la carretera del Puerto, uniendo la carretera Avila-Casavieja: se tardó unos 3 años, realizándose a mano, pico y pala. El salario de los jornaleros era de 2 ó 3 pesetas y un duro los barreneros, trabajando gentes de todo el Valle.

En 1932 hubo una riada que destruyó, poco a poco, el puente de la Dehesa, el de la Nogalera, el del Topo y el de la Cueva. Sólo resistió el puente de los Andrinillos.

Escudo y bandera

Según un informe encargado a la Universidad de Valladolid en el año 2000, nos indican que la búsqueda de un emblema heráldico fue una aventura silenciosa desarrollada por la población a lo largo de los siglos, con la configuración del termino municipal abulense o de los estados señoriales de los Alburquerque, tras su exención y villazgo otorgada por el rey Carlos II, en octubre de 1679.

A la hora de proceder a la elaboración de un proyecto armero se inclinó por un blasón heráldico municipal arqueológico de concesión (son las armas que contienen elementos de carácter histórico o geográfico).

Sobre un campo azur (azul intenso), establecemos unas peñas heráldicas de oro, como símbolo inequívoco de la importancia que la Sierra de Gredos ha tenido y tiene para la población. A sus pies ondas de plata y azur para representar simbólicamente al río Tietar que transcurre placentero por su término y que hermana a nuestra villa con la comarca a la que da nombre el propio curso fluvial: Valle del Tietar.

Finalmente, en el jefe del escudo, surmontando las antecitadas peñas incorporamos la cifra del Rey Carlo II (CII), coronada de Corona Real de la Monarquía española, todo ello en oro, acompañada en su parte inferior con el “año” MDCLXXIX (1976), en números romanos, también en oro, correspondiente a la data en que la villa de Mijares obtuvo el Provilegio de Villazgo por el que se eximía de la jurisdicción de la villa de Mombeltrán pasando a ser villa “por sí y sobre sí”, con oficialía y términos municipales propios.

Los colores de la bandera municipal deberán ser los principales que figuran en el escudo de armas propio, y en su defecto, el rojo y blanco característicos de Castilla y León: Bandera cuadrada, de proporción 1:1. roja y blanca por mitad horizontal y en su centro el escudo municipal, en sus colores.

Gastronomía

En Mijares es posible degustar diferentes productos de todo el Valle del Tietar tan típicos como son las sopas de cachuela, chupetón de ternera, chuletillas de cordero asadas a la brasa, cabrito cuchifrito, rosquillas caseras o buen vino.

Pero si lo que se quiere probar es algo genuino de la localidad son las patatas al calderillo, receta sencilla que logra su sabor final al mimo con el que se las “bate”.

Hay en Mijares varios merenderos donde podemos pasar un buen rato y comer disfrutando del agua fresca: Vuelta del Barranco, merendero antiguo, el Horcajo y, como no, el Puerto que con una altura de 1570 m. podemos disfrutar de unas vistas excepcionales.

Deportes

Con relación a los deportes podemos hablar que en Mijares contamos con bastantes caminos en los que se puede hacer senderismo o utilizar la bicicleta de montaña (aunque por la orografía del lugar sean la mayoría con pendientes) aprovechando para admirar las estupendas vistas panorámicas.

La pista de pádel también es un lugar muy concurrido por lugareños y visitantes.

En época de las fiestas estivales, mediados de agosto, una de las actividades organizadas todos los años es la subida al puerto en bicicleta (en diferentes categorías) y una vez allí galardonar a los ganadores según su nivel.

Contamos con un corredor de categoría profesional, Angel Vallejo “Angelillo” como es bien conocido en el municipio.

Todos los que subimos al Puerto para ver la prueba somos convidados a unas ricas “patatas al calderillo” preparadas por los expertos cocineros de la “Peña”.

También se organiza campeonato de “futbito” en diferentes edades, desde los más pequeños hasta los “veteranos” que también se animan a participar.

Agricultura y Ganadería

Y si lo que queremos el hablar de ganadería y agricultura, podemos decir que en nuestra localidad se va perdiendo, poco a poco, la ganadería teniendo cada vez menos cabezas de ganado.

En cuando a las vacas “Limousine” y “Charolesa” se va manteniendo alguna.

En cuanto a la agricultura, tenemos como ya hemos dicho anteriormente, huertas particulares con siembra de patatas, tomates, pimientos, judías verdes, melones sandías, calabacines, repollos… según la época en que se siembre cada especialidad.

Contamos además con excepcionales higos de “Cuello de Dama”, castañas y cerezas que además de consumo particular se comercializan en la cooperativa “El Mogote”, y como no, olivas y viñas que nos producen un rico vino que después cada propietario lo elabora con mimo en sus bodegas particulares para su propio uso.

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