Es fácil que la mención de Lanzahíta vaya asociada a la imagen de una oronda y suculenta sandía, plena de color y sensaciones refrescantes.
En huertos y pequeñas explotaciones familiares, es antigua la producción de sandías en este hermoso pueblo del Valle del Tiétar las cuales eran apreciadas y demandadas en toda España.
La sandía es una planta herbácea, rastrera, que se clasifica como fruto carnoso, caracterizada por su alto contenido en agua y cantidades apreciables de vitaminas y minerales.
Requiere para su cultivo suelos de textura silíceoarcillosa, ricos en materia orgánica, temperaturas templadas y mucho sol; condiciones que se dan, sin duda, en Las fértiles tierras de la ribera del Tiétar en este municipio. Son imprescindibles, además, las buenas Labores de los expertos agricultores y el aporte necesario de un abonado natural a base de estiércol.
La siembra de la planta se realiza a primeros de abril y se desarrollará, con las condiciones favorables de agua y sol, a lo Largo de La primavera, para comenzar a recoger el fruto en el caluroso mes de julio, prolongándose la cosecha hasta octubre.
En conclusión, todos los que conocemos La sandía de Lanzahíta sabemos que resulta difícil resistirse, sobre todo cuando el calor aprieta, a la tentación de degustar tan sugerente y sabroso fruto.
