Tiene una cabecera monumental, coronada por un ático ciego y el campanario.
La antigua advocación de la iglesia fue de Santa María del Castillo y tal vez por eso su cabecera mudéjar parece una antigua atalaya.
Es difícil precisar su altura originaria pues parece que fue desmochado para construir el campanario.
Está construida con bandas de mampostería entre verdugadas de ladrillo y únicamente tres pequeñas saeteras permiten adivinar la maravilla del interior.
En la capilla mayor, tras el retablo barroco, del siglo XVIII, aparece una sacristía que guarda una triple cabecera en la que aún se aprecian las arquerías de ladrillo, rematadas en el paño central por un friso de esquinillas y en los laterales por cuatro frisos en los que las esquinillas alternan con sardineles.
Tiene cuerpo de tres naves. En las laterales cuenta con dos capillas de planta cuadrangular cubiertas con yeserías barrocas. La meridional está bajo la advocación de San Francisco y tiene dos retablos barrocos y la septentrional está dedicada a la Virgen del Carmen.
A los pies se alza el coro.
La portada occidental o de Santa Catalina es de granito, del siglo XVIII, obra de Manuel García Sevilla, maestro de cantería natural de Cardeñosa, y está organizada mediante un triple arco de medio punto sobre el que se dispone un entablamento del que parte otro amplio arco ciego que cobija una hornacina.