La fuente original, de origen medieval, fue reconstruida en la época de la Segunda República Española.
Allí es donde se suministraba la gente del lugar cuando no existía agua corriente en las casas del pueblo y el agua corría por una sucesión de pilones de diferentes tamaños, destinados para el ganado.
El pueblo está surcado por varios arroyos y es muy habitual la existencia de pozos en las casas antiguas, por lo que el agua nunca fue un problema en Blascosancho.