Ladrillo, madera, cantos y argamasa son la técnica empleada para construir las iglesias de la zona de la Moraña.
Como no hay piedra en la zona, se utiliza el ladrillo macizo de color rojo anaranjado o el tapial de cantos trabados con mortero de cal.
La iglesia es un rectángulo con nave central, capilla mayor y otras dos naves laterales. Construida con aparejo de albañilería, es del s. XVI, originada de la primitiva iglesia mudéjar del s. XIII, mucho más pequeña, de una sola nave, de la que solo se conserva la cabecera y el muro de la espadaña.
En el interior destacan sus muros laterales sobre arquerías apuntadas asentadas sobre pilares, el artesonado de gran valor, además del coro de madera.