La iglesia de San Pedro, en La Nava de Arévalo, del siglo XVI, apenas conserva testimonios de su origen mudéjar. En su interior destacan el retablo mayor, barroco, y la tribuna, situada a los pies.
La iglesia de San Pedro, en la Nava de Arévalo, construida en el siglo XVI, apenas conserva testimonios de su primitiva fábrica mudéjar.
A su construcción original correspondería la separación en dos naves por un único formero de gran luz, la espadaña del hastial y el pórtico meridional estructurado con cinco arcos de ladrillo que apean en columnas de tradición clásica y que aparecen encuadrados por un alfiz.
En la cabecera, que debió rehacerse en el siglo XVIII, sobresale el retablo barroco con la imagen de San Pedro, titular del templo.
A los pies se organiza la tribuna que ocupa las dos naves y apoya en elementos triangulares.