En esta Calle al igual que en la mayoría de las calles de esta zona de Candelada, era corriente que en cada casa hubiera un pozo con el que abastecerse de agua. Los pozos, ubicados en los amplios y frescos patios, han caído en desuso a partir de la construcción de la red de abastecimiento urbano, de igual modo han desaparecido de las calles las cantarinas fuentes que surtían de agua a aquellos vecinos en cuyas casas no había pozo.
La calle del Pozo cuenta con fachadas de piedra dinteladas rematadas con el cordón franciscano y escudos nobiliarios. En cuanto a esta calle Camilo José Cela escribió en “Judíos, moros y cristianos que “ en los balcones volados de Candelada crecen el geranio y el clavel, la albahaca y el botón de la rosa francesilla, el fragante dondiego que unos nombran donpedro y otros dicen donjuán, el nardo y el jazmín”.
Durante la época estival., aquellos vecinos que siguen cultivando sus propios huertos, ofrecen en plena calle los frutos del trabajo, así la calle se llena de colorido no sólo por las flores sino por el estallido multicolor de rojos, verdes, amarillos, morados, etc. De los tomates, los pimientos, las ciruelas, las granadas, los higos y otros productos cultivados al modo tradicional.