La Ermita de la Virgen de la Sangre es un pequeño santuario situado en la parte baja del pueblo.
Tras el despoblamiento del poblado de Las Torres en el siglo XVIII, se reparten los objetos de valor entre:
Cuenta la tradición que fueron los bueyes que arreaban los carros con las imágenes los que se negaron y forzaron a que la Virgen de la Sangre viniera a Mijares y El Cristo de la Buena Muerte llegara a Gavilanes.