La iglesia de San Miguel Arcángel es del siglo XVII. Llama la atención por su imponente cabecera y su espadaña ambas contruidas en ladrillo. En el interior destaca el retablo barroco del siglo XVIII.
Los muros son de canto rodado al descubierto, antiguamente revocados de blanco, rematados con sillería en las esquinas y en la parte que sostiene la espadaña. Se accede por una portada protegida por un pórtico de columnas.
En el interior, destacan el artesanado, que se apoya sobre columnas y arcos de medio punto que separan las naves, y el retablo barroco del siglo XVIII, obra del mismo tallista, Manuel Escovedo, que hace el retablo mayor de la iglesia de San Vicente en Ávila.
El retablo churrigueresco está caracterizado por sus columnas salomónicas. El centro de este cuenta con una pintura de San Miguel, el patrón de la iglesia. Toda la parte alta del retablo se desprendió y tuvo que ser repuesta.
El retablo consta de banco, cuerpo y ático.
El cuerpo está dividido en tres calles por columnas salomónicas de capitel corintio, cubierto por una decoración de ramaje. La calle central arranca desde la mesa del altar dejando al banco dividido en dos zonas discontinuas. Las calles laterales son algo más estrechas que la central, en el lado derecho nos encontramos con la imagen de San Roque y en el izquierdo la de San Blas.