La ermita de Nuestra Señora de la Piedad, construida con piedra de sillería, tiene una sola nave rectangular y en la cabecera se encuentra el altar dedicado a Nuestra Señora de la Piedad.
Ermita de fuerte arraigo popular, donde se unen la devoción, tradición y alegría de todos los barraqueños.
Está realizada de sillería labrada, de una sola nave rectangular, a la que se accede a través de un pequeño jardín y una puerta rectangular de dos hojas. Dando vista a un altar, dedicado y consagrado a Nuestra Señora de la Piedad, protectora de los hijos de la localidad, una talla moderna adquirida en el año 1953, que se muestra ofreciendo el Niño Jesús.
Esta nave se remata con un artesonado, y sobre él está situado el tejado, coronado con un sencillo campanario de ladrillo, ambos de clara influencia morisca.
Desde tiempo inmemorial se hace tocar dos veces al día, por la mañana y a la caída de la tarde, la campana de Nuestra Señora de la Piedad, señalando el principio y el fin de la jornada laboral.
A la Virgen de la Piedad le cantan cada año los quintos sus canciones el día de las Candelas.