También denominado “Puente del Arco, fue construido en la primera mitad del siglo XVII, para salvar el obstáculo que suponía el río Alberche, a su paso por el antiguo despoblado medieval del “Puente de Alvareche” (Buro de la Puente) o la Venta del Burguillo en la época de los Reyes Católicos. Edificado bajo la dirección técnica de un maestro de arquitectura burgalés llamado Pedro Cubillo, que estuvo asistido por Pedro de la Puente Montecillo.
A lo largo de su existencia precisó de diversas reparaciones, como en 1687 para conservar su estructura deteriorada por el fuerte caudal del río, y 1703 para asegurar su permanencia y estabilidad, al haber perdido parte del arco principal, hallándose en peligro de hundimiento. Después de servir como paso para los mantenimientos de la corte real, donde confluían caminos y calzadas, en 1930 fue sumergido bajo las tranquilas aguas del embalse de El Burguillo, que lleva su nombre, donde reposa como un viejo tesoro olvidado.