Construida en los siglos XVI y XVII, tiene cabecera poligonal y una sola nave, separadas ambas por un arco toral semicircular.
La torre está decorada con bolas en la cornisa.
En el interior, en el costado del Evangelio se sitúa el púlpito, al que se accede por una escalera abierta en el muro.
Destacan el artesonado del techo y la tribuna, un alfarje de diez ataujeralpaado, con miembros de talla, al igual que la viga y la balaustrada.
El retablo de San Ildefonso fue realizado en 1733 para la ermita de San Sebastián, donde estuvo poco tiempo.
Sus líneas tienden a la verticalidad gracias al frontal, al alto banco y a los estilizados estípites que enmarcan la caja del santo.
Su imagen, más antigua, posee características próximas a la escuela de Gregorio Fernández.
El retablo mayor, de comienzos del siglo XVIII, obra de Manuel González Delgado, tiene cuerpo de tres calles, banco y ático.
En la calle central hay un sagrario sencillo y sobre él un hueco trilobulado con la imagen de Santo Tomás, titular de la iglesia, y en las laterales se encuentran las imágenes de San Antonio de Padua y San José.