La iglesia de Santa Ana tiene cabecera poligonal de sillería, con potentes contrafuertes en sus aristas, cuerpo de una sola nave, con atrio al mediodía soportado por columnas de granito, y torre de sillería, de dos cuerpos, adosada al muro sur.
La capilla mayor se cubre con bóveda de crucería.
En su interior destaca el retablo mayor, del siglo XVIII, obra de José Sánchez Pardo. Se ajusta al testero de la iglesia, cubriendo las paredes y la bóveda al disponer diagonalmente las calles laterales y retrasar la central, que acoge a Santa Ana en un vano integrado ya en el ático, lo que contribuye a la sensación unitaria del retablo como si fuera una gran hornacina.