Según escribe Alfredo González en su libro Aires de Gredos, en el término de Hoyos del Espino hay más de 70 fuentes, pilones, pozas y similares.
Muchos de ellos se construyeron aprovechando una vía de agua, y otros canalizando otras existentes para acercar a las viviendas la posibilidad de beber, lavar y tener agua en caso de incendio.
Mucho antes, en 1879, Felipe Martín Donayre escribía en el libro Descripción física y geológica de la provincia de Ávila: "Las fuentes de los pocos pueblos situados en la falda Norte de la sierra, son generalmente de caño, y se diferencian entre sí muy poco por su volumen y temperatura. Su caudal varía entre 6 y 10 litros por minuto en estiaje, y sus aguas, al salir siempre de escasa longitud, tienen una temperatura de 13 a 15º"