La ermita de Nuestra Señora de la Fuente Santa está en un lugar apartado, en un paisaje íntimo de pinos, castaños y robles.

Dos cruces de piedra señalan la entrada al recinto.

Como en tantas otras ermitas el agua tiene un claro protagonismo: bajo los pies de la Virgen nace una fuente cuyas aguas corren encauzadas hasta dos caños que manan en el recinto.

El conjunto consta de la ermita, muy reformada sobre una base al menos del siglo XVIII, la casa del santero y una plaza de toros cuadrada anexa.

Dicen que en tiempos de la Reconquista galopaba por aquí un caballero detrás de un toro y que toro y caballo se pararon de repente delante de una imagen escondida entre la maleza.

El jinete bajó del caballo, recogió la imagen y las gentes del pueblo construyeron la ermita sobre una fuente que allí estaba.

Se entra a la ermita por la puerta de poniente, bajo un arco de sillería, de medio punto, subiendo peldaños, tres en el exterior y cuatro en el interior, para llegar a la nave central, muy corta, interrumpida por una grada semicircular que la separa del presbiterio.

Detrás está el camarín de la Virgen, con exvotos de los fieles. A la izquierda, la sacristía. Dos grandes arcos formeros separan las tres naves y otros dos sostienen la tribuna.

Las naves se cubren con techo de madera, de par y nudillo, con algunos adornos de estrellas sobre fondo blanco.

El presbiterio tiene cúpula sobre pechinas y en el retablo, la imagen de la Virgen, que se halla normalmente en la iglesia parroquial, ha sido sustituida por un lienzo.

La imagen de la Fuente Santa fue siempre muy venerada en toda la tierra de Béjar. Vienen gentes de muchos pueblos a encomendarse a ella y la veneraban desde sus casas en muchas de las cuales había cuadros y estampas.

En la fiesta se canta el “Ramo de las Mozas”:

Para empezar a cantar
en esta ermita sagrada
a vos pedimos licencia
Virgen de la Fuente Santa.

Y continúa:

Para cantar este ramo
con la devoción debida
pedimos auxilio a Dios
y la gracia de María.

Las fiestas se celebran los días 8 y 9 de septiembre. El primer día suben la imagen desde la parroquia hasta la ermita, donde celebran misa y hacen procesión. El día 9 repiten la fiesta para bajar la imagen a hombros hasta la parroquia.