Situado en plena garganta del Puerto de Peñanegra cuenta el pueblo la Herguijuela una iglesia parroquial típicamente serrana, con fábrica granítica rústica en los sillares en la que alternan los sillares mal escuadrados con el sillarejo reducidas dimensiones y poca altura.

Tiene cabecera poligonal orientada y pórtico al mediodía en el se encuentra el único ingreso, una puerta de medio punto dovelada que se remite al siglo XVI.

La misma referencia cronológica evidencia la torre-campanario, a los es de la iglesia, con sus tres cuernos de sillería, el superior con cuatro vanos para campanas y el inferior con una estrecha puerta de medio punto.

Nos encontramos, pues, ante una obra del XVI, a caballo entre el gótico y las novedades renacientes.

Así, al interior encontramos una nave única con un arco triunfal apoyado sobre pilares clasicistas además del propio trazado del arco.

La nave, como decíamos, es unitaria, si bien tiene en la Epístola una serie de columnas de madera que sostiene la armadura de par y nudillo, mientras que al Evangelio los tirantes entran directamente en el muro, sin apoyos; se trata en todo caso de una armadura moderna que contrasta con la que cubre la capilla mar.

Es ésta ochavada, con limas y tirantes y también ha sufrido intervenciones recientemente, conservándose de la obra original únicamente el arrocabe y los tirantes, decorados con motivos geométricos tallados directamente en la madera.

A los pies de la iglesia se abre una pequeña habitación - baptisterio -cerrada con verja de madera. Todos los muros están enlucidos a excepción del de los pies (que se corresponde con la torre-campanario).

Por último una alusión a la sacristía, abierta en el muro sur de la capilla mayor y hoy cubierta con un alfarje totalmente moderno.

Cuenta la iglesia con un considerable número de tallas de madera. El retablo mayor merece mención en primer lugar. Se trata de una obra barroca dieciochesca, con la típica decoración de hojarasca, racimos, guirnaldas, querubines... todo de madera dorada.

Se estructura en un cuerpo único con tres calles y ático, con columnas corintias de fustes bien decorados en la separación de las calles y estípites en los extremos, completando una anchura total de 330 cm. Por lo que a la imaginería se refiere, incluye las tallas:

Un San Juanito en la calle izquierda, con su estandarte y un libro cerrado, obra del siglo XVIII.

Preside una talla dorada y policromada de san Blas como obispo, en una hornacina -calle central- sobreelevada, probablemente dieciochesca.

La calle derecha está ocupada por otra talla dieciochesca (luego repintada) de Santa Ana y la Virgen, aquélla de gran tamaño y con un libro y María -demasiado empequeñecida- a su lado y actitud orante.

En el ático hay una pintura al óleo con el tema del Calvario, también del XVIII y original probablemente del retablo.

El resto de la obra escultórica es exenta:

Virgen con el niño o Virgen del Rosario, talla policromada de 100 cm. de altura, obra probable del siglo XVI e incluso ligeramente anterior si atendemos esencialmente a la iconografía, muy vinculada al gótico. La Virgen lleva hoy una corona metálica y una serie de rosarios, todo posterior, y está repintada.

La siguiente obra es una Virgen de Vestir de 100 cm. de alta. Los vestidos son claramente modernos, mientras que la Virgen, aunque repintada, puede datar del siglo XVIII.

Ya en la sacristía encontramos un Cristo barroco del XVII, como evidencian su anatomía y "perizonium" y su larga melena echada sobre el hombro derecho.

La última obra conservada en la sacristía es otro Crucificado de madera policromada y repintada actualmente, obra original del XVII o XVIII aunque de aspecto retardatario.

Y por fin, colgado sobre el arco triunfal, a gran altura, otro Crucificado, también talla policroma barroca en la que destacan el "perizonium" y los intentos anatómicos de las costillas, poco logrados y con aire rudimentario, además de la cabeza, en una postura que desentona con el resto del cuerpo.

MOBILIARIO : escultura en piedra.

Sólo se conserva una pila de agua bendita, obra del XVI, renacentista, como atestigua su decoración venerada y el propio pie, todo con una altura de 80 cm.