La iglesia tiene, a sus pies, una extraña planta resultado de adosar a sus lados más largos sendos camaranchones: en el septentrional tiene un baptisterio abierto hacia la iglesia; el meridional es continuación de la sacristía.
Tiene cabecera profunda y poligonal y cuerpo de tres naves que se cubren con entramado de madera sobre ocho altísimos pies rectos -cuatro por lado- que separan las naves entre sí.
En su interior presenta fábrica de sillares bien labrados sobre columnas de madera, un buen artesonado y retablo dorado al fuego, así como el púlpito tallado de gran belleza.
La pila bautismal data del siglo XV y posee relieves geometricos. También podemos contemplar dentro del tempo un Cristo procesional del siglo XVI, una virgen de las Angustias de dicho siglo y un Cristo yacente muy repintado.
Del siglo XVI parece ser también el retablo mayor, presidido por la talla de la patrona, Santa Apolonia, a la que en febrero se le dedica una fiesta en la que se pasea un gran ramo adornado con rosquillas y naranjas. Y se canta el ramo.
Como curiosidad en la comarca, la torre es exenta (no comunica con la Iglesia interiormente), lo que hace pensar que pudo servir de atalaya.
Desde su campanario se divisan caminos y tierras, hombres y ganados y la vista se pierde hasta el circo de Gredos.
Es de gran planta y altura, apoya directamente en la roca y remata con agudos pináculos con bolas.
El pueblo también cuenta con dos ermitas: la de Nuestra Señora de la Asunción y Nuestra Señora de la Soledad.