La construcción del templo data de la época de los Reyes Católicos, siglo XV, y principios del siglo XVI. 

En el acceso al mismo, nos encontramos con una espectacular portada atribuida a Juan Rodríguez, conocido escultor y el cual trabajó también como arquitecto. Esta portada es la principal, está concebida según el esquema clásico, cuenta con un arco de medio punto enmarcado entre dos columnas con capitel corintio sobre las que se sostiene un entablamento y un frontón triangular decorado con esculturas de granito. 

El conjunto escultórico, está repleto de motivos figurados (seres mitológicos y gárgolas) en juntas, capiteles y entablamento y frontón, siendo el más importante, situado en el centro, DIOS-PADRE bendiciendo, acompañado de ángeles y en ambos lados las imágenes de las santas Mártires de los primeros siglos del cristianismo, Santa Lucía y Santa Águeda.   

El tratamiento artístico de esta representación produce una marcada sensación de dinamismo. Todo el conjunto data del primer tercio del siglo XVI, y pertenece a la corriente escultórica del Plateresco Salamantino. 

Ya en el interior, podemos contemplar un edificio de una sola planta compuesto por tres naves bien definidas, separadas entre sí por arcos de medio punto, y separada del crucero por arcos ojivales.   

La bóveda del crucero y del presbiterio, es estrellada y está realizada en piedra de sillar. Sin embargo, la techumbre de la nave central es de madera, denominado alfarje, completamente plano, soportado por jácenas que cubren toda la nave y cubierta con colgadizos las naves laterales, cuyas vigas están decoradas con gramiles.   

Arquitectónicamente, podemos observar diferentes estilos, especialmente en las paredes, en las que predomina el ladrillo mudéjar con el paño árabe, y en los pies, en la parte de la torre, encontramos la madera junto con el barro o adobe, construcción típica de la zona sur de Ávila o de la sierra de Salamanca.   

En la parte trasera nos encontramos con un arco adornado con dovelas típicas del gótico isabelino, que posiblemente pudo ser de otro templo anterior más pequeño que el actual. En la actualidad, este arco separa la nave de la capilla bautismal, donde se alberga la fuente del siglo XVI.  

También en la parte trasera se ubica la tribuna del coro donde se sitúa el órgano.   

El ábside está construido con piedra rústica e irregular y los contrafuertes columnas y bóvedas con piedra labrada o de sillería. En la parte superior y al borde se pueden observar los frescos y concretamente el trampantojo pues la ventana que hay en la parte derecha superior está plasmada en el lado opuesto y para los que tengan buena vista se ve la línea roja que divide las uniones de las piedras de la bóveda.  

Entre la riqueza artística, cuenta la iglesia con nueve retablos de diferentes estilos y épocas, destacando el retablo mayor de estilo Churrigueresco de principios del siglo XVIII. El retablo está dividido en tres calles por grandes columnas. El ático del retablo es cupuliforme con hornacina central en la que está San Juan Bautista y, a los extremos, dos ángeles que portan instrumentos de la Pasión. 

En la calle central destaca la titular de la parroquia, Nuestra Señora de los Dolores, y en las calles laterales se ubican San Pedro, San Pablo, San Gregorio y Santa Bárbara. 

En el cuerpo bajo del retablo destaca un gran baldaquino con ostentorio donde está el sagrario y una talla del niño Jesús del siglo XVII.  

Cuenta también la iglesia, con un valioso tríptico realizado en alabastro, en un taller inglés del s. XV. En la actualidad, se encuentra custodiado en el museo catedralicio de Ávila. 

Entre los demás retablos con sus imágenes no debemos dejar de observar la de San Pedro de Alcántara, ubicado en la antigua pila de agua bendita del s. XV, perteneciente a la iglesia primitiva.  

En la capilla lateral del muro norte, tenemos la antiquísima talla del Santísimo Cristo de Miguelele, que data de los siglos XIII-XIV, enmarcado en un barroco retablo policromado del s. XVIII.  

En Navidades, el templo acoge la Ruta de los Belenes de La Moraña. Una ruta que discurre por diferentes Iglesias de la Moraña, y en la cual, se pueden visitar los diferentes Belenes, hechos a mano, que los vecinos de la localidad preparan en las Iglesias.