Paula era una joven muy hermosa que vivía en la localidad abulense de Cardeñosa, apenas a 7 kilómetros de Ávila. Trabajadora, cultivaba verduras. Trasladándose andando todos los días a Ávila con la finalidad de venderlas y ganarse así su sustento.
Antes de adentrarse en la zona amurallada de la ciudad, solía acudir a la ermita de San Segundo, situada a escasos metros del arco del Puente, con la finalidad de rezar, ya que era muy religiosa.
Un caballero prendado de ella y al que Paula rechazaba, solía seguirla y acosarla, aunque ella conseguía esquivarle y regresar a su Cardeñosa natal. En una ocasión,en la que casi consiguió atraparla, ella busco refugio en la ermita de San Segundo. Desesperada porque sabia que la atraparia , pidio a Dios que le diese alguna fealdad en el rostro y de su rostro nace al momento una densa barba tan espesa y tan compuesta como si fuera varón.
El caballero entró en la ermita y tan sólo encontró a un ermitaño al que inquirió si había visto a la joven. Paula contestó que no y éste al no encontrarla abandonó la ermita sin poder consumar sus propósitos. A partir de este hecho milagroso, Paula trasladó su residencia a la ermita de San Segundo donde vivió el resto de sus días (falleció al poco) dedicada a la oración y a la ayuda hacia los demás. Fue reconocida como Santa Paula Barbada, celebrándose su festividad en el pueblo de Cardeñosa el 20 de Febrero.
Allí mismo fue enterrada bajo un altar lateral, a la derecha del altar mayor, guardada por una reja bajo la inscripción Esta reja retablo mandó hacer la magnífica Doña Isabel de Ribera, hija del caballero de Valderrabano, a honor de Santa Paula Barbada, hecha en el año 1547. Se dice que murió a los 17 años, un 20 de febrero.
Sobre el milagro de su santidad y la leyenda creada sobre tal acontecimiento han escrito gran número de historiadores y cronistas abulenses, con referencias escritas desde 1519.